EL PERONISMO NUNCA MUERE

Eva Duarte de Perón y las elecciones en Argentina

El peronismo ES AHORA, DE TODOS y la marcha peronista retumba entre los grupos de argentinos que van por las calles saltando de alegría y entonando el himno del movimiento que Hugo del Carril hiciera popular. El significado de las últimas elecciones, involucra a todos, pero da un giro sustantivo de timón y parece reorientar al país hacia un modelo que atienda la demanda popular con responsabilidad, confirmando la tesis por la cual el peronismo es en esencia un sentimiento, una expresión popular y una esperanza que anida en el alma argentina que renace, sobre todo, cada vez que la crisis asoma como una posibilidad.

Los descamisados vuelven entonces y aparecen, varias décadas después, como protagonistas redimidos tras esa sombra irreductible e imperecedera de Evita que alienta el grito emocionado de Los muchachos peronistas que proclaman que unidos triunfarán dando como siempre ese grito de corazón: Viva Perón, Viva Perón.

Las cifras confirman la crisis con la misma firmeza que el triunfo y entonces, los sindicatos, las Madres de Mayo y el pueblo en general celebran en simultáneo -en privado y en las calles-, un triunfo que sienten de todos y que convierte en profético un mensaje del general Perón: “Aunque nos derriben mil veces, mil veces volveremos”, siendo que eso es precisamente lo que parece suceder con la victoria de Alberto Fernández, quien, tras una complicada alianza que demandó ceder ante posiciones aparentemente extremas e irreductibles, pudo finalmente arribar a entendimientos que empezaron con la renuncia de Cristina Fernández a la candidatura presidencial y llegó hasta la ruptura con las posiciones tolerantes con el chavismo, probando que la avalancha peronista lo que expresa, es una voluntad colectiva heterogénea y no dogmática pero que cuando hace esfuerzos reales, puede replicar –como en este último esfuerzo electoral-, la misma tolerancia y amplitud de criterios que hace posible desde hace mucho tiempo, la unidad en el movimiento sindical y social argentino.

El Peronismo por lo dicho, sigue siendo una alternativa que reúne desde montoneros hasta kirchneristas alrededor de un conjunto de valoraciones que todos  hacen suyas y que se nutre del imaginario popular, preservando al mismo tiempo en conjunto, el valor del mito y la presencia de Evita quien hace posible esto porque sigue concentrando expectativas y mandatos de su pueblo, con la misma consistencia y energía con la que irrumpió en la escena política logrando la ley de sufragio femenino, la igualdad política entre hombres y mujeres, la igualdad jurídica entre cónyuges, la patria potestad compartida, el Partido Peronista Femenino, la vasta lista de derechos sociales y laborales  y esa impresionante acción social dirigida hacia los grupos más necesitados que son quienes la convirtieron, en el símbolo incuestionable del nacionalismo argentino.

Pero estas no son las únicas consideraciones por las que el peronismo expresa el sentimiento popular argentino, lo es además, su capacidad autocritica y de deslinde  que expresan una real consecuencia de las varias  divisiones internas que  conspiran contra su esencia nacionalista y la hacen perder elecciones, pero de la misma manera como la derecha, los fracasos del modelo económico, las crisis y los ataques, impulsan su unidad, esa fortaleza que le permite ser expresión genuina que evoca los recuerdos más bellos de la gesta de Evita, los días de la gloria peronista y ahora, el triunfo popular de “Todos”.

Enorme responsabilidad la que toca y habrá que probar que el peronismo es una solución y que está distante de la demagogia populista. El Frente llevó la fórmula Fernández-Fernández y triunfó evocando otra asociación popular de una dupla presidencial: Perón-Perón, fórmula que recuerda el mensaje que Evita legó en su libro La Razón de mi vida cuando escribió: “muchas obras han sido construidas con criterios de ricos… y el rico, cuando piensa para el pobre, piensa en pobre. Otras, han sido hechas con criterio de Estado; y el Estado sólo construye burocráticamente, vale decir con frialdad en la que el gran ausente es el amor”. Nuevas motivaciones para el nuevo gobernante justo ahora que los argentinos han votado contra los ricos y por el amor… ¡Que todo sea diferente y que viva Eva Perón!.

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