2020: DIOS NOS COJA CONFESADOS

Lo que nos deja el gobierno de Vizcarra

Los Golpes, autogolpes, las vulneraciones del orden Constitucional y en fin, la serie de procedimientos que interrumpen la vida democrática de un país contienen por lo general, una expectativa que pone de manifiesto los objetivos expresados en decisiones tomadas, sin embargo, el país parece vivir una historia digna de cualquier programa de Ripley, veamos porqué.

REALIDAD

A estas alturas, el gobierno trata de ocultar la serie de fracasos en la llamada Reconstrucción con cambios, Seguridad Ciudadana, Política Anticorrupción, Educación, Mujer, Justicia y la situación económica en el que la Agricultura, el Empleo, la Infraestructura y la Salud representan todo un conjunto de complejas problemáticas sin soluciones ni en el mediano, ni en el largo plazo, lo que reprueba la gestión gubernamental y marca un signo de desesperanza para los pobres el año 2020 que a estas alturas del siglo XXI, luchan por servicios básicos y agua.

 

 

IMPUNIDAD SOBRE MENTIRAS

Cuando todo lo acontecido parece siempre llevarnos por el mismo ánimo criminal por el cual los desaciertos, errores y delitos son tapados groseramente, entonces estamos frente a la voluntad de evitar a toda costa que se investigue al primer mandatario del país, quien no duda un instante en tomar decisiones grotescas como las que vivimos con el señor Martín Vizcarra, quien tras su paso como  Gobernador Regional en Moquegua, ha dejado una secuela de investigaciones que nos llevan a suponer que por pagos indebidos y concertación aparentemente dolosa de obras públicas propias y de sus funcionarios, sin temor a equivocarnos, tarde o temprano, el brazo largo de la Justicia le caerá encima.

Es una larga suma de desaciertos a los que se adicionan otras consideraciones derivadas de su actuar como Ministro de Transportes y Comunicaciones en donde se le muestra “muy cerca” de decisiones que tienen que ver con obras en las que Odebrecht y personajes de su entorno, hasta su ex premier Cesar Villanueva, con sospechoso interés en diversas obras, sin mencionar el emblemático tema “Chinchero” sobre el que la propia Contraloría General de la República ha expresado una opinión que es materia de investigación jurisdiccional.

A los efectos, el régimen en medio de su estrategia, priorizó “liquidar” al Congreso de la República planteándole una trampa que llamo Reforma Política, imposible de cumplir en los objetivos y menos en los plazos planteados unilateralmente por el gobierno para encimar al parlamento, logrando cierto tiempo para seguir golpeándolo desde su prensa adicta. Lo cierto es que varios de los representantes, haciendo gala de una torpeza supina, contribuyeron a este objetivo y fueron parte de su propio desprestigio que validó el cierre del parlamento.

PERSECUCIÓN DE TIRANÍA Y ASESINATO POLÍTICO

Pero para lograr “un nivel conveniente de tranquilidad”, el gobierno inició una campaña mediática contra políticos de oposición a los que somete a la infamia del escarnio, llegando al colmo de convertir la “prisión preliminar” en un arma de castigo y ablandamiento contra los adversarios con el cual pretende someterlos y callar las denuncias de la oposición democrática.

Diversos líderes sindicales y dirigentes populares han expresado su condena por “escuchas en su contra” y seguimientos incluso a jóvenes estudiantes que han sido víctimas de la criminalización de la política y el sicariato político que terminó asesinando políticamente al ex presidente Alan García quien, a más de ocho meses de su sensible muerte, el gobierno no ha podido responsabilizarlo con pruebas por ningún delito, convirtiendo su dicho de inocencia, en una verdad que cuelga sobre un régimen que cree, como todas las dictaduras, que el poder –contra lo que enseña la historia-, es para siempre y que la impunidad siempre triunfa.

 SOMETIMIENTO DE LA PRENSA, GOLPE DE ESTADO E IMPUNIDAD

Pero para que este estado de cosas sea posible, millones de millones “sensibilizan” el patrioterismo de cierta prensa servil que hoy, como antes, sirven a intereses ajenos al país y se doblegan ante el poder del dinero público, lo que explica razonablemente como es que tras la promulgación de la Ley Mulder que ponía fin a una feria mafiosa de repartija de fondos del Estado bajo el manto inmoral de “publicidad estatal”, una campaña fue dirigida contra el autor de la Ley, su partido y el Congreso que aprobó dicha norma, mientras la concertación de medios que agrupa en pocas manos la casi totalidad de los medios de comunicación logró derogar dicha ley y volver a repartirse impunemente el presupuesto entre unos pocos oligarcas de la prensa.

El resultado es evidente, genuflexión, consentimiento y la vulneración de las libertades expresadas ante el cierre del Congreso que pese a todos sus defectos, cumplía su tarea opositora y de fiscalización que ayudó a desnudar un régimen corrupto y un presidente accesitario que no tiene escrúpulos en vulnerar la constitución para mantener poder en complicidad con esa prensa adicta al poder y al dinero sin importar su origen.

EL BOTÍN DEL GOBIERNO

Pero es “tras la tranquilidad que dar tener todo el poder” cuando el gobierno de Vizcarra se muestra en su real performance. Aplastando con la furia de todo el poder mediático de su prensa adscrita, a etas alturas ha cerrado el Congreso de la República, controla el estado y alejó de la luz de los reflectores públicos a los líderes de la oposición democrática a quienes acusa de todo sin probarles nada sólo para poder hacer de las suyas.

De esta forma, el gobierno pone en marcha un presupuesto general que aprueba mediante decreto y que registra metas en aumento mientras es incapaz de gastar conforme los resultados del año que acaba. Sin control, nadie sabe cómo se están usando y su usarán los fondos públicos, sobre todo, si cada día se inaugura cualquier cosa, menos obras que le sirvan a la población. Millones de millones en consultorías ponen en evidencia como se burlan los controles y nuevos millonarios hacen gala de una prosperidad inusual para un país que tiene una enorme deuda social y donde la población sufre los embates de una crisis que se maquilla con cifras oficiales en las que por cierto ya nadie cree.

Por otro lado, la creación de nuevos ministerios, la liberalidad y flexibilidad de las normas planteadas por el ejecutivo para contratar o para la reducción incluso de la capacidad de contratación derivada de la desaceleración de nuestra economía, sirve a los intereses de un régimen que canjea “chamba por lealtades” en vieja usanza y que anuncia despidos formales y encubierto en el corto plazo.

Este año que termina es, sin duda, un mal año para el país. Signado por muerte, violencia e incertidumbre, la frase “que dios nos ayude” puede resultar profética para un tiempo en el que hay muchas cosas que se venden, pero muy pocas que se compran.

 

Gráficos pulsoregional / diario Expreso

 

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