HAYA DE LA TORRE Y EL COOPERATIVISMO DEL SIGLO XXI

Víctor Raúl Haya de la Torre hablaba de una filosofía de vida solidaria que marcha al compás de la evolución y cambio del mundo, hecho que, además –sostenía-, no podría ser superada por el individualismo del capitalismo que propone el “yo”, en vez del “nosotros”.

A través de una serie de pasajes de su pensamiento y obra, el pensamiento Cooperativo del que habla, asocia los términos de la Justicia Social, el Estado Antiimperialista y el Cooperativismo, insistiendo en una estrategia económica que desarrollaría el llamado Congreso Económico Nacional donde se plantearían modelos de desarrollo que insertaría al Estado, el Capital y el Trabajo en un foro de decisiones que tan erróneamente quisieron plagiar estos días con el Consejo Nacional del Trabajo.

Bajo una nueva visión del desarrollo social, y reconociendo los estudios formulados sobre el capitalismo y sus crisis, una propuesta que inserta al partido, los sindicatos y las cooperativas es planteada  como una contribución de un modelo que respeta la propiedad y la economía, impulsando una que oponga, dentro del régimen capitalista y brutal, la noción cooperativa, es decir, ideas sobre Derechos Humanos, Cogestión Empresarial y consumo solidario que  responda la lógica dramática del clásico capitalismo que les da a unos pocos todo y, a muchos, nada.

El cooperativismo desde mediados del siglo pasado dejó de ser un sueño y una Utopía, en tanto con los traumas del libre mercado y la Globalización, se convirtió en una urgencia.

En el Perú, las primeras Cooperativas de Consumo se formalizaron con su fundación en 1937 heredando el espíritu de los Asociaciones Mutualistas y los Clubes del Hambre que los trabajadores habían creado muchos años antes para compartir cada uno sus excedentes, en tanto con las Leyes 10828 y 10865 se dio un empuje creándose otras nuevas cooperativas de servicios y también de ahorro y crédito.

Fue Victor Raul Haya de la Torre quien -casi en solitario- tras sus viajes por el mundo, ilustró sobre esta experiencia innovadora en la economía, resaltando los modelos nórdicos y los kibbutz de Israel, legando la constitución del año 1979, una visión trascendente del cooperativismo para que se centre en el Ser Humano y no, exclusivamente en el mercado, dándole rango constitucional.

El artículo 112 declara que “El Estado garantiza el pluralismo económico. La economía nacional se sustenta en la coexistencia democrática de diversas formas de propiedad y de empresa. Las empresas estatales, privadas, cooperativas, autogestionadas, comunales y de cualquier otra modalidad actúan con la personería jurídica que la ley señala de acuerdo con sus características” en tanto, el Artículo 116 declara que “El Estado promueve y protege el libre desarrollo del cooperativismo y la autonomía de las empresas cooperativas. Asimismo, estimula y ampara el desenvolvimiento de las empresas autogestionarias, comunales y demás formas asociativas”, norma que amplia en el Artículo 159 donde vincula los términos cooperativo y autogestionario a la Reforma Agraria para “la transformación de la estructura rural y de promoción integral del hombre del campo”, en tanto en el Artículo 162 alude que “El Estado promueve el desarrollo integral de las Comunidades Campesinas y Nativas. Fomentan las empresas comunales y cooperativas”.

El régimen neoliberal y la actual Constitución Política del Estado vigente (1993), desbarató al Movimiento Cooperativo y restó su importancia social y económica imponiendo su ocaso en el llamado libre mercado.

El movimiento cooperativo es en esencia popular y tiene por ello, varias razones para celebrar, pero volteando la mirada y exigiendo su lugar en la historia. Exige su rol solidario y plural dentro de un sistema que incorporó a las propuestas económicas y programáticas del aprismo, un lugar especial en las tareas de la defensa antiimperialista de la economía de la gente por encima de la ganancia pura del mercantilismo. El prospecto cooperativo tiene pues un ánimo solidario y común, es una experiencia que ha tenido éxitos saltantes en la historia de muchos países del mundo y en el Perú, muestra desarrollo a pesar incluso de los ataques que sufrió por la economía neoliberal que intentó liquidarla para imponer la lógica rentista del sistema bancario, inhumano y extensamente capitalista per se.

 

 

Apuntes del Lic. Walter Choquehuanca, Decano Nacional COLICOOP y graficos Internet

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