En Memoria de los médicos apristas caídos…
Los médicos peruanos en general, ya venían librando su propia guerra contra la deficiente infraestructura, la falta de equipos y medicinas, así como el maltrato a profesionales de la salud sometidos a contrataciones ilegales en los últimos años. La pandemia desatada por el coronavirus lo que hizo fue poner en evidencia el drama de la salud pública que los médicos denunciaron y por la que tuvieron que soportar la innoble campaña desatada en su contra y que incluye, además, la importación de médicos cubanos.
Desde el inicio del confinamiento, se llamó la atención en torno a la necesidad de dictar medidas para poder gradualizar las exigencias de atención de la ciudadanía para atender el requerimiento y proveer de equipamiento especializado. Sin embargo, días valiosos se perdieron en medio de la carencia de planes y un conjunto de medidas irresponsables que fueron el marco de una fiesta de adquisiciones que dilapidaron valiosos recursos provenientes de las reservas públicas para satisfacer el ánimo de nuevos millonarios, y de paso, acabar con las esperanzas de atender manera responsable los problemas de la salud pública.
Ahora, confrontamos un vergonzoso y dramático liderazgo en muertes que cargará el gobierno de Martín Vizcarra sobre sus hombros. Las imágenes de gente cayéndose muerta en medio de la calle, madres golpeando la puerta de los hospitales suplicando atención para hijos moribundos, médicos caídos en la mitad de un heroísmo de novela que no le sirve a nadie porque perdemos personas valiosas, terminan siendo la otra cara de una medalla en la que el propio ministro de salud está más ocupado en reconocer la labor de extranjeros con diez días de permanencia en el país, que a su teórica legión nacional de guerreros contra el coronavirus, algunos de los cuales, como el doctor Quiñonez del sindicato médico de ESsalud, terminaron detenidos.
Dramáticos son los efectos del coronavirus, pero dantesca, la forma como los ciudadanos buscan oxigeno “balones al hombro” por calles y plazas, tratando de regalarles algunas horas más de vida a sus seres queridos y entonces, los discursos anodinos del mediodía, el rostro patético de ministros insensibles, contrastan con los gritos desesperados de médicos que les reclaman a las autoridades presencias insulsas en escenarios en los que la televisión adicta al presupuesto estatal, no puede trasmitir el denso olor a muerte que los envuelve.
En Estados Unidos, Canadá, México y casi toda Europa, el oxígeno es un recurso médico usado también en concentraciones de entre el 93 y el 98%, y cuya producción, sostienen los entendidos peruanos, usa el llamado sistema criogénico que es considerado medicinal, en concordancia con informes de la Organización Mundial de la Salud, el Instituto de Investigación Peruana, IETSI y los expertos en medicina intensiva, quienes consideran que ésta se produce en condiciones de accesibilidad y costo perfectamente posible para nuestra economía, siendo que el beneficio médico que aporta, ES IGUAL al oxígeno medicinal al 99% o 100% que usa un sistema de producción más caro (absorción) que sólo producen dos empresas extranjeras, LINDE alemana y Air Products de USA, quienes tienen el monopolio de este negocio.
La demora del gobierno en emitir el Decreto de urgencia 066- 2020, que autoriza producir oxígeno medicinal al 93 % para nuestros pacientes, resultaría doloso en medio de una realidad de interminables colas de personas buscando este producto elemental sin que se termine de entender con mínima inteligencia en el gobierno, que la puesta en funcionamiento de la planta generadora de oxígeno de La Oroya por ejemplo, podría producir por encima de los 2500 balones de 10 m3 por día, que, por lo demás, cubriría toda la demanda requerida, independientemente que una de las tareas que habría que acometer tras la pandemia y, de seguro con un nuevo gobierno, debería ser el aumento sustantivo del presupuesto del sector.
La interminable lista de desaciertos, la incapacidad manifiesta del gobierno y las corruptelas en las que el propio mandatario baila al compás del swing de sinuosas movidas gubernamentales, no son, de ninguna manera lo que el país esperaba y, la verdad, no sé, si algún día podamos superar el impacto que produce la cantidad de cruces que se agolpan por culpa de esta pandemia, en todo caso, lo único cierto es, que la cantidad de ausencias pesaran mucho en la memoria colectiva del país del futuro inmediato y que habrá un momento, de seguro, para acompañar a los familiares de todos los médicos caídos y, naturalmente a mis compañeros médicos, reivindicando a quienes, a costa de su propia seguridad y vida, se la siguen jugando vestidos de blanco por el país que tanto aman y cuyo gobierno, sólo les ha dado la espalda.
Gráficos, fotos:France24/bbc/GLR.Urpi.