Con una lógica maniquea, diversos personajes insisten para que el aprismo «defina públicamente» por quien votará en la segunda vuelta eleccionaria 2021. Pero, resulta que, a punto de cumplir la centuria, esa exigencia no sólo resulta una impertinente intromisión, sino, una falta el respeto a la conciencia de la militancia aprista que ha sido formaba en sólidos valores para la defensa de las libertades y la conquista de la justicia social.
Recordemos que ha sido el APRA la organización que denunció la voluntad de fraude puesta en marcha por el JNE que, en cuestionable actuar, no sólo impidió la postulación de las candidaturas apristas, sino que alentó un conjunto de medidas que han enrarizado el panorama electoral en beneficio de quienes desde hace más de dos décadas hacen política, pero acusando a los «partidos tradicionales» -lugar que desde hace tiempo ocupan ellos- de los vicios y errores que ellos mismos cometen.
En medio de la segunda vuelta electoral algunos despistados nos exigen definamos una posición ante las dos candidaturas que se disputan la presidencia de la república, encubriendo en realidad intereses que defienden en un sentido y otro. Pero más allá de los comunicados partidarios que han marcado la sólida posición partidaria diremos una vez mas que fijar una posición institucional pasa, primero, por el claro deslinde democrático con los postulantes en contienda y tras esa evaluación -que es nuestra posición histórica y reconocida- no nos acerca a ninguno de los candidatos. Respecto de Castillo porque su proclama comunista es des inteligente y promueve en una lógica simplista la preeminencia de los «antis», esa extraña manera de actuar políticamente que nos condeno al ostracismo, la clandestinidad y el recorte de nuestros derechos por largas décadas.
para acometer los graves problemas del país al que se suma los extraordinarios vínculos con quienes purgaron condena por aquel terrorismo que asesinó a miles de campismos pobres y mas de 1500 compañeros que los enfrentaron política ideológica, social y militarmente ; frente a Fujimori que representa la larga década del fujimontesinismo, los millones de trabajadores despedidos, la persecuón a dirigentes políticos y sindicales, asi como los crímenes de lesa humanidad que nos es difícil que podremos olvidar, in perdonar.
Los líderes de ambas corrientes están en prisión y ninguno ha mostrado signos de arrepentimiento, ni han pedido perdón, por tanto, eso nos aleja, sin dudas, de las dos posiciones en competencia. El APRA debe mantener su sólida posición principista de defensa de las libertades y los derechos ciudadanos que, además de las civiles y constitucionales, son fundamentalmente laborales, exigiendo además firmemente, políticas nacionales de salud que desarrolle el tema de la vacuna y la asistencia oportuna de los ciudadanos en materia de salud, pero también, de una gradual y efectiva reactivación de la economía.
Quienes piden una posición institucional les sugiero revisen la historia del aprismo en la que sin trasgredir los derechos de los militantes invocó siempre un voto pensando en el país, exigiendo dejar de seguir victimizando a los candidatos porque sus biografías y discursos los envuelve y descalifica. No se producirá ningún acuerdo político porque el nuestro es un objetivo claro, en tanto nuestra visión del país sigue siendo la misma: luchar por la justicia social y lograr el bien común.